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    2019-04-17

    Para tratar de explicar el interés de la dfs en estos contactos con Cuba debemos comprender las complejas relaciones establecidas entre el México priista y la Revolución castrista. La posición oficial de México respecto future husband la Revolución cubana en materia de relaciones internacionales era bastante interesante. México había acogido a Fidel Castro y Ernesto Guevara en su exilio y desde Veracruz había partido la expedición del Granma. En un primer momento, tras el triunfo de la Revolución, el gobierno de López Mateos se apresuró a saludar al nuevo régimen y señalar sus similitudes con la Revolución mexicana. Posteriormente, al irse definiendo el régimen cubano como marxista leninista se irían alejando posturas pero sus relaciones bilaterales siempre estuvieron caracterizadas por el reconocimiento mutuo y la coincidencia de intereses internacionales. El apoyo a Cuba permitía a México reafirmar sus principios fundamentales en materia de política exterior: no intervención en asuntos internos y autodeterminación de los pueblos. Así como establecer un cierto margen de independencia frente a Estados Unidos en el ámbito de las relaciones multilaterales. A cambio, el régimen cubano manifestó su reconocimiento a los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (pri) y dejaba a México fuera de sus intentos por extender la revolución en América Latina. No obstante, la política en asuntos internos de México respecto a Cuba era muy diferente y estaba marcada por un fuerte recelo con relación a los vínculos con el régimen cubano. A pesar de los acuerdos tácitos alcanzados, las autoridades mexicanas temían que desde la Gran Antilla se tratase de financiar o promover las actividades guerrilleras de los movimientos subversivos de oposición en México. De forma que el gobierno de López Mateos no veía con buenos ojos la existencia, dentro de sus fronteras, de grupos vinculados a la Revolución cubana. Los servicios secretos mexicanos estaban, por tanto, muy atentos a las posibles relaciones de los jóvenes españoles del me/59 con Cuba. En los informes de la dfs se notificaba acerca de los viajes a la isla de Xavier de Oteyza de quien afirmaban que mantenía: “nexos estrechos con la embajada de ese país en México”y Federico Álvarez, a quien definían como: “el terrorista más peligroso del grupo, siendo indudables sus nexos con el general [Alberto] Bayo [Giroud] y con Ángel Galarza Gago exministro del interior en el gobierno del Presidente Azaña”. En otro informe de la dfs se afirma que: En julio de 1960, una docena de miembros del me/59 marcharía hasta Cuba para participar en el Primer Congreso de Juventudes Latinoamericanas celebrado en La Habana y clausurado por el propio Fidel Castro. En su intervención, Federico Álvarez insistió en la idea de fraternidad entre la España antifranquista y la Cuba revolucionaria y que el me/59 sentía como propio el triunfo de aquella Revolución. Al finalizar el Congreso, se aprobó una resolución de condena al franquismo promovida por el me/59. Ignacio Villarías publicaría en la revista cubana Verde Olivo: Durante el año de 1960 las actividades del me/59 se centraron en las protestas por la detención en España del escritor Luis Goytisolo y el recrudecimiento de la represión franquista. El punto culminante de estas actuaciones llegaría en la mañana del 6 de marzo con la celebración de un gran acto de protesta en el cine Versalles de la Ciudad de México. Este evento contó, al igual que la manifestación celebrada meses atrás, con gran éxito de público —más de mil personas— e impactó en los medios de comunicación. Durante el mismo, José de la Colina pronunció un discurso en el que se exponen claramente los elementos ideológicos fundamentales del me/59: el hartazgo ante los enfrentamientos ideológicos y desencuentros políticos de sus mayores que la nueva generación no quiere reproducir y el reconocimiento de que el éxito de esta lucha no dependía del exilio sino de la unidad de éste con la vanguardia de la resistencia interior.