Archives

  • 2018-07
  • 2018-10
  • 2018-11
  • 2019-04
  • 2019-05
  • 2019-06
  • 2019-07
  • 2019-08
  • 2019-09
  • 2019-10
  • 2019-11
  • 2019-12
  • 2020-01
  • 2020-02
  • 2020-03
  • 2020-04
  • 2020-05
  • 2020-06
  • 2020-07
  • 2020-08
  • 2020-09
  • 2020-10
  • 2020-11
  • 2020-12
  • 2021-01
  • 2021-02
  • 2021-03
  • 2021-04
  • 2021-05
  • 2021-06
  • 2021-07
  • 2021-08
  • 2021-09
  • 2021-10
  • 2021-11
  • 2021-12
  • 2022-01
  • 2022-02
  • 2022-03
  • 2022-04
  • 2022-05
  • 2022-06
  • 2022-07
  • 2022-08
  • 2022-09
  • 2022-10
  • 2022-11
  • 2022-12
  • 2023-01
  • 2023-02
  • 2023-03
  • 2023-04
  • 2023-05
  • 2023-06
  • 2023-07
  • 2023-08
  • 2023-09
  • 2023-10
  • 2023-11
  • 2023-12
  • 2024-01
  • 2024-02
  • 2024-03
  • Este trabajo llama la atenci n

    2019-05-10

    Este trabajo llama la atención sobre dos volúmenes de poesía (, de 1916, y , de 1967) ligados de modo estrecho hcv virus dos momentos clave de la historia provincial: por un lado, el año del Centenario de la Independencia Nacional —cuya declaración había tenido lugar, como es sabido, en 1816 precisamente en Tucumán— y, por el otro, los años de aguda crisis económica y social desatada por el mencionado cierre de fábricas azucareras en 1966. Publicación oficial efectuada en el marco de la celebración de la fiesta patria, constituye quizá la primera reunión de material poético en el ámbito local. El compilador, el poeta e historiador Manuel Lizondo Borda es, a su vez, autor de uno de los primeros libros de poesía publicados en la provincia: , de 1909. La compilación surge así en un momento liminar en la historia de la literatura, y en particular de la poesía, en Tucumán. La actividad poética local había comenzado a organizarse socialmente en la década de 1880 a partir de la acción de la ya mencionada Sociedad Sarmiento, y en los primeros años del siglo experimenta lo que se ha descrito como un primer “momento de concentración” ligado en buena medida a la presencia en la provincia del poeta modernista de origen boliviano Ricardo Jaimes Freyre, afincado en Tucumán desde 1901, donde actúa como una figura tutelar para los jóvenes con inquietudes literarias. , libro que surge de la voluntad de sus autores de “entregar cantos y dinero” a los obreros tucumanos desocupados a causa del cierre de ingenios de 1966, aparece, en cambio, en un momento en el que la poesía local ya había experimentado un proceso de afianzamiento, debido en buena medida a la acción de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán (que desde su creación, a fines de la década de 1930, propone un nuevo modo de entender y practicar la literatura en la provincia), a la labor de revistas específicamente literarias como , y, en especial, hcv virus a la actividad del grupo de escritores norteños La Carpa, que en 1944 irrumpe ruidosamente en la escena literaria local, promoviendo lo que puede entenderse como una incipiente profesionalización del trabajo y de la figura del escritor. En las décadas de 1950 y 1960 se observa ya una dinámica actividad poética, estimulada por un nutrido conjunto de escritores, muchos de los cuales son convocados en . Surgidos en contextos tan disímiles tanto desde el plano socioeconómico como desde el punto de vista del propio proceso poético, ambos libros —muy diferentes también en el terreno estético y en cuanto a polymer su tono y extensión, a los autores involucrados, a sus propósitos— coinciden no obstante en hacer de Tucumán objeto central de representación. El análisis que sigue procura indagar en las representaciones ofrecidas por sus textos, que diseñan diversas imágenes de la provincia, de su naturaleza y su geografía, de su historia y del mundo de la caña de azúcar. Naturaleza, historia y azúcar son precisamente los tres ejes a partir de los cuales organizaré a continuación el examen de tales imágenes.
    Perto do aeroporto da cidade vive um homem que apesar de ser um homem imóvel —em outras palavras, um homem impedido de se mover— é considerado um dos melhores treinadores de pastor belga malinois do país. Divide a casa com sua mãe, uma irmã, seu enfermeiro-treinador e trinta pastores belga malinois adestrados para matar quem quer que seja com uma única mordida na jugular. Não são conhecidas as razões por que, ao entrar no quarto onde esse homem passa os dias recluso, alguns visitantes intuem uma atmosfera que guarda relação com o que se poderia considerar o futuro da América Latina. Esse é o início de , de Mario Bellatin, que na edição brasileira vem com uma chamada à maneira de sinopse, no mínimo desconcertante: “tratado sobre o futuro da América Latina visto através de um homem imóvel e seus trinta pastores belga malinois”. Na contracapa, um dos escritores brasileiros contemporâneos mais traduzidos, Michel Laub, diz que a metáfora que aproxima a atmosfera do quarto do personagem principal da história e do futuro da América Latina é “misteriosa”.